sábado, 21 de septiembre de 2013

GALLETAS DE MANTEQUILLA BASICAS: VAINILLA Y CHOCOLATE

GALLETAS DE MANTEQUILLA BASICAS: VAINILLA Y CHOCOLATE





Esta receta la podéis utilizar como “la receta base” para unas galletas de mantequilla tradicionales, con un sabor rico rico… la podéis utilizar para hacer galletas normales o como veréis, nos ofrece mucha versatilidad porque son un soporte perfecto para hacer decoraciones con glasa real muy elaboradas.
Probadla y ya me contaréis.

Ingredientes
200 gr de harina normal (para la masa de mantequilla normal)
150 gr de harina normal (para la masa de chocolate. Son dos medidas de harina diferentes)
50 gr de chocolate en polvo desgrasado sin azúcar (de la marca VALOR)
200 gr de mantequilla sin sal
160 gr de azúcar glas
1 huevo mediano
1 sobre de azúcar avainillado (yo lo compro en el Lidl)
Una pizca de sal

Utensilios
Dos boles grandes para mezclar
Una balanza o un vaso medidor
Un tenedor
Papel vegetal de horno
Papel film transparente
Bandejas de horno
Rejilla de enfriamiento (sirve cualquier rejilla, la del horno por ejemplo)
Bandejas de plástico
Rodillo 
Cortadores de galletas (también llamados cortapastas, o en su defecto os puede servir un vaso, en ese caso os saldrán redondas)

Preparación
Vamos allá,…sin miedo!!!!,….

Ahora si,….empezamos!
Lo primero: sacamos la mantequilla de la nevera un rato antes para que esté a temperatura ambiente…. Claro!!!! …pensaréis,…que fácil,…no es lo mismo en verano que se derrite,…. que en invierno, con el frío está más dura que una piedra,…jajajaja,….pues eso,…hay que calcular. Lo que es importante es que no la calentéis en el microondas porque después nos quedaría una masa blanducha.
Bueeeeeeno,……(negaré haberlo dicho, jajajaja) si no os habéis acordado de sacar la mantequilla, se puede poner como último recurso en el microondas, pero eso sí, solo un golpe, unos segundos, que no se empiece a derretir.


Lo segundo, el proceso: en un bol batimos un poco la mantequilla para que esté a punto de pomada y mezclamos la mantequilla con el azúcar glas, el azúcar de vainilla, y la pizca de sal, hasta conseguir una crema homogénea.



Añadimos el huevo y batimos hasta que esté totalmente integrado. Al principio parecerá que no se mezcla y que quedan grumos pero al final se habrá integrado sin problemas.




Ahora partiremos esta mezcla por la mitad y tendremos cada mitad en un bol diferente. No hace falta que las mitades sean exactas, si no quieres pesarla puedes hacerlo a ojo. Después podremos rectificar el punto adecuado de consistencia de la masa. 


Una mezcla será la de la masa de vainilla normal y la otra la de la masa de chocolate.
Así que empezamos con la que será la de vainilla normal.


En ese bol añadimos la primera medida de harina de 200 gr.y lo integramos a nuestra masa (por eso he puesto las dos medidas de harina diferenciadas). El punto perfecto de la masa será cuando no se nos pegue en las manos. Pero como esto depende mucho de la humedad y del clima,….a veces,…es posible que se nos pegue a las manos y entonces tengamos que rectificar echando un poco más de harina.
Si nos queda demasiado seca podemos añadir una cucharada sopera de leche hasta encontrar el punto adecuado.

Ahora le toca el turno a nuestra masa de chocolate.

En el otro bol añadimos los 150gr de harina y los 50gr de chocolate en polvo. También podéis utilizar cualquier tipo de chocolate en polvo que tengáis por casa.
Integramos los ingredientes hasta que obtengamos el punto óptimo de la masa.

A continuación estiramos cada masa por separado entre dos papeles de horno vegetales hasta obtener un grosor de un centímetro en cada masa.


Como la masa tiene que reposar al menos 20 minutos y se tiene que enfriar para que podamos manipular bien las piezas de galleta en crudo… vamos a hacerlo de la siguiente manera.
Cogemos la mitad de la masa. La otra mitad la dejaremos en el bol tapada con film transparente para que no se seque.
Extendemos un papel de horno en la superficie de trabajo y colocamos encima la mitad de nuestra masa y encima otro papel de horno.


Esto nos facilitará el estirado de la masa, y no mancharemos el rodillo.
Estiramos la masa entre los dos papeles hasta que tenga el grosor de unos 5 milímetros.
Lo podéis hacer a ojo.
Yo utilizo un rodillo especial de fondand en el que se acoplan en los extremos unos anillos que elevan el rodillo para que la masa quede toda del mismo grosor.
Esto va genial porque a la hora de hornear nuestras galletas es muy aconsejable que todas las que metamos de cada vez sean del mismo tamaño y del mismo grosor. Así se cocerán todas por igual.

De todas formas si no tenéis un rodillo con anillos, no os preocupéis, no es necesario comprarlo. este tipo de rodillos son un poco caros. Un truco casero es coger dos listones de madera de grosor de 5 mm. y colocarlos uno de cada lado de nuestra masa. Recordad que la tenemos entre los dos papeles y que por tanto no va a tocar a esos listones de madera.
Cuando pasemos el rodillo, iremos estirando la masa  y los listones harán de tope del grosor.
Otra forma es buscar 4 cajas de CD’s que más o menos tengan ese grosor y las colocaremos en dos filas, una a cada lado de la masa y lograremos el mismo resultado que con los listones de madera.

Bueno, por dónde íbamos?... ahhhh… sí,…que ya tenemos la masa estirada con el grosor deseado.
Pues ahora y tal como está la masa con los papeles la ponemos en una bandeja de plástico (o de lo que sea pero que la masa se mantenga bien estirada sin doblarse) y a la nevera como mínimo esos 20 minutos de reposo y de enfriamiento.
Que no, que no se os va a espachurrar,….hay que coger en bloque por las puntas de los dos papeles y la colocáis en la bandeja, ya veréis como la masa no se cae.
Hacemos lo mismo con la otra mitad de la masa.

Cuanto más fría esté la masa, mejor para manipularla y para que no se nos deformen en el horno.

Mientras tanto vamos a preparar las bandejas donde vamos a hornear nuestras galletas.
Yo utilizo unas especiales, totalmente planas que me compre en IKEA.
Pero se pueden hacer igual en la bandeja plana que lleva el horno.
Lo mejor es tener dos bandejas porque así mientras se cuecen unas se van cortando las otras y terminas antes.
Colocamos papel vegetal de hornear en la bandeja, esto evitará que se nos peguen las galletas y que se ensucie la bandeja que quedará limpia para seguir utilizándola hasta terminar la masa.

Precalentamos el horno a 170ºC-180ºC  con calor arriba y abajo ( la temperatura depende del horno).

Transcurrido el tiempo de enfriamiento, sacamos la primera “plancha” de masa. Le quitamos el papel que tiene encima (le dejamos el que tiene por debajo) y vamos cortando con el cortador que más nos guste..... (redondo como el de la foto....lo siento, es que no tengo la foto del cortador rectangular,......aaaghhh...... , o con un vaso, que siempre es el recurso de emergencia,.... o rectangular como las que he hecho para esta entrada).


Procuramos ir aprovechando bien la superficie de la “plancha” de masa.
Trasladamos las galletas cortadas a la bandeja de horno (si está la masa bien fría podréis manipularlas con mucha facilidad).
Las colocamos dejando un poquito de separación entre cada una.
Metemos la bandeja con las galletas en el horno en una posición de altura centrada y con calor arriba y abajo y sin ventilador.
Las dejamos entre 10 y 15 minutos. El tiempo de cocción depende de cada horno.

Para saber el punto en el que están cocidas hay un truco que no falla.
En cuanto las metáis en el horno, el calor hará que la mantequilla se empiece a derretir y salir a la superficie de la galleta y brillará.
Pues bien, tenéis que ir observando el proceso y cuando veáis que dejan de brillar es que ya están cocidas. A partir de este punto ya empiezan a coger un colorcillo dorado que las hace muy apetitosas.
Este truco nos servirá muchísimo cuando hagamos las galletas de chocolate, porque entonces será difícil apreciar si se tuestan por los bordes.

Una vez que ya se hayan enfriado por completo, las podemos colocar en una bandejita con blonda que podéis conseguir en cualquier supermercado.




Envolvemos el conjunto con un papel de celofán y completamos la decoración anudandole una cinta, en este caso era de rafia plastificada de color rojo.

¿A quién no le gusta un regalito dulce?




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